Los galanes de mi jefa

A través de los años he conocido a quienes han formado -y a quienes han creído formar- un lazo emocional con mi madre. Personajes tan variados son ellos que me bastará con hacer alusión a sus célebres dobles (o los que mi mamá considera sus 'dobles') para mostrar la miscelánea de gustos que posee.

El primero: Velibor "Bora" Milutinovic. O como mi abuela prefería llamarlo: "El Chopas". No he sabido de relación más larga y, a la vez, menos fructífera. Duraron muchísimo tiempo, con sus altibajos altísimos y bajísimos. Eso sí, viajaron y viajaron. Que el mundial en E.U. (porque lo pambolero no se lo quita nadie), que Las Vegas... blah. Y se metían a fiestas sin ser invitados: "¡Mira! Ahí hay unos quince años". Harto chupe y mucha socialité.

El siguiente, el Inmortal "Highlander": Francisco Labastida Ochoa. El prominente político que en realidad era un amable restaurantero en la época en que mi madre lo conoció. Lo de Inmortal es simplemente porque NO SE MUERE. Tampoco se lo deseo. Es nadamás la forma de resaltar su resistencia a enfermedades crónicas. Mi mamá dirigió su negocio, le quitó a los amigos y hasta lo obligó a mudarse y emprender en un nuevo giro, el de los bienes raíces. Ahora es el propietario de una franquicia de una reconocida firma inmobiliaria, y aún hoy labora en ocasiones en sociedad con mi jefecita. ¿Chupe? Muchísimo. Pero de verdad, MUCHO.

El número tres de la lista: Eduardo Yañez. Cantante, actor, restaurantero, bohemio de afición, conocedor e informal. Plantó a mi mamá en la boda de un tío. Pero se le pasa por bonachón. Él cree que los dinosaurios se extinguieron gracias a la caza desmedida ¿Qué los cazaba? Pues los hombres de Cro Magnon, claro está. La jefa se asoció con él para trabajar en bienes raíces -también-. Él y mi madre son casi idénticos en carácter y como dicen que los iguales chocan... ¡pues chocan! Mucho chupe, pero con más medida que los anteriores y mucho más cuidadoso con mi madre. Se lo reconocemos porque cae bien.

El siguiente y más actual es Ray Liotta. Reservo mis dudas sobre el parecido de éste con el modelo real porque al modelo real NO LO CONOZCO aún. Resulta que es un fiscal de homicidios de la AFI... oséase un JUDICIAL -¡válgame!-. Ni les cuento cómo se conocieron porque les va a dar un poco menos de miedo que a mí. Ya veremos qué provecho se le saca al buen 'agente'. Lo del chupe aún está por verse. Es el que 'protege' a mi mamá -se consiguió un guarro-. Próximamente dirigirá un operativo denominado: La guarida de

CALZONZIN.

Así, sin más presentación. Mi madre anduvo con el simpático Indio Calzónzin. El más tortuoso y frustrante momento -gracias al cielo, fue sólo un momento- de la vida amorosa de mi inocente mamá. Píntense el cuadro: Abusivo, aprovechado, fanático, FEO, sobrio (cero chupe por la onda cristiana en la que vive metido). Es algo así como un rehabilitado de ranchito, pero de ranchito para adictos. De esos tipos que comienzan de 'cero', con el favor de su Dios. Era harto entretenido hablar de él con mis parientes (nos lo comíamos vivo y luego lo vomitábamos); pero hablar CON él, era un suplicio. Al parecer mi mamá lo tenía advertido sobre tocar en una plática conmigo el tema de 'Dios', y hacía bien. El más pintoresco novio que mi progenitora tuvo. Ojalá esta historia no se repita nunca.

¡Bueh! Ese fue un modesto resumen sobre los más sobresalientes galanes de mi mamá. Los detalles varían dependiendo de quién cuente la historia. Esta vez fue ella misma quien me los confió, a sabiendas de que sería publicada esta entrada, que pretende hacer reír a uno que otro amigable lector.