miércoles, 2 de abril de 2008

Que qué fue Sonofilia...

Me preguntan por messenger qué fue Sonofilia, no sé si por no saber de qué trató el evento o como una forma de pedirme mi opinión sobre dicho festival. Ninguna de las dos me molesta. No creo que todos deban saber lo que fue Sonofilia... digo, no es como cultura general. Incluso me atrevo a imaginarme a algún despistado ermitaño fanático de Björk que no está ni enterado de que la Señora de Islandia nos visitó, como hacía el Papa Peregrino antes de morir.

Bueh! Ya respondiendo: Fue un evento de gran difusión, mala ubicación y pésima organización que reunió a artistas internacionales del rubro de lo electrónico, lo vanguardista y lo experimental -y a Björk, que se cuece aparte- en un escenario armado en medio de pura naturaleza (definitivamente no me queda duda de que la vil tierra y el polvo son parte de la naturaleza); además lo considero el concierto más violento al que he asistido.

Fue también el evento de la espera más tortuosa. Imagínense: desde las 9-10am bajo el sol y hasta que el astro se dignó ocultarse. Claro, llevábamos nuestras provisiones, pero la insolación estaba la orden del soleado día. Y todos los detalles tortuosos que les pueda contar, aunados a la alentadora presencia de aves de rapiña... sí, había una bandada cada vez más grande de pájaros volando en círculos sobre la inmensa fila del evento, esperando al primero que cayera fulminado por el calor.

Luego de la espera, el cansancio, la mugre, el susto, la sed y el enojo, comenzó el evento. Salió Ratatat. Me hartaron. Respiré harrrta mota (porque con respirar bastaba). Acabaron su danza. Salió Björk:

Perdí a Tanet (una amiga flaaaaca como jirafa). Cantó y cantó. Canté y canté. Lloré -¿y?-. Siguió cantando. Nos hizo la primera petición de la noche: "No puedo comunicarme con cámaras y cámaras son lo que veo. Necesito ver gente. Estén aquí conmigo, no documentando..." (no es literal... no sirvo para grabar). Guardamos los celulares y cámaras. Siguió dando show. Ya no lloré, en cambio grité, salté y recibí madrazos. Hubo encore y regresó con su segunda petición: "Hoy es su cumpleaños (señalando a una miembro de su conjunto de vientos), ¿podrían cantarle feliz cumpleaños como lo hacen aquí en México?". Un ensordecedor ¡SÍ! y luego un aproximado de 25 mil personas le cantaron las mañanitas a la chica. Cantó Declare Independence y se largó.

Lo demás son detalles insulsos, nimiedades. Cómo encontré a mis amigas; cómo llegué al camión, etc.

No vi a los demás artistas. Estaba casi muerto y con justa razón. Dormí como cadáver y volví al DF.

Eso fue Sonofilia (aka Polvofilia). Seguramente hay más, pero dependerá de quién lo reseñe.

Ojalá vuelva Björk. Ojalá no sea al próximo Sonofilia.

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