domingo, 14 de junio de 2009

Perspectiva

Que te encogieran... te hacen chiquito como en las películas y caricaturas. Luego, sin preguntarte, te amarran con una cinta adhesiva a un trozo cortado de mango (que no estaba dulce) y te arrojan por una ventana hacia el jardín. Sólo así sabrías qué siente el mango (que, insisto, no estaba dulce) cuando el desdén le regala un vuelo de ida al jardín. El problema es que tú no eres un mango, sino una persona pequeña, encogida, miniaturizada... y estás pegado a un trozo de mango con cinta adhesiva... entonces el mango sabría lo que es ser tú.

1 comentario:

A.U dijo...

a mi no me gusta el mango